¿Cada cuánto hay que cambiar el cepillo de dientes?

Nos lavamos los dientes tres veces al día, por la mañana, a medio día tras la comida y al acostarnos por la noche. Este uso diario y consecutivo del cepillo de dientes, además de proporcionarnos una rutina de higiene bucal adecuada, provoca que el cepillo se deteriore.

Si no eliminamos de forma efectiva la placa bacteriana, nuestra boca se encuentra más expuesta a sufrir alguna enfermedad periodontal que pueda acarrear complicaciones irreversibles en nuestras encías y dientes. Para evitar problemas futuros, es muy importante cambiar el cepillo de dientes cada dos o tres meses.

El cepillo de dientes tiene un periodo de vida determinado y es necesario renovarlo de vez en cuando. Con el tiempo, las cerdas y el mango acumulan muchas bacterias y se deterioran. El uso exhaustivo que hacemos del cepillo de dientes provoca que las cerdas se desgasten y pierdan su forma original siendo menos eficaces a la hora de eliminar la placa bacteriana acumulada en nuestra boca.

Consecuencias de no cambiar el cepillo de dientes de forma periódica

No cambiar el cepillo de dientes de forma regular puede traer consecuencias en nuestra salud bucodental. Al no renovar el cepillo, dejamos nuestra boca expuesta a la aparición de infecciones y otro tipo de patologías que pueden provocar complicaciones más graves en el futuro.

Además, es importante cambiar el cepillo de dientes después de sufrir resfriados, gripes, infecciones bucales como aftas, caries, gingivitis o herpes ya que los gérmenes se quedan en las cerdas del cepillo de dientes y pueden reactivar la infección.

Muchos estudios demuestran que, al cambiar el cepillo de dientes, el cepillo nuevo es 85% más efectivo.

¿Cómo mantengo el cepillo de dientes limpio?

Para tener una salud dental apropiada y completa no solo basta con cambiar el cepillo de dientes unas tres o cuatro veces al año, es necesario seguir unas pautas para optimizar el estado de tu cepillo de dientes:

  • No compartas el cepillo de dientes con nadie.
  • Tras lavarte los dientes, debes dejar el cepillo húmedo al aire libre y en posición vertical para impedir que crezcan los gérmenes.
  • Intenta desinfectar el cepillo sumergiéndolo de forma regular en desinfectantes químicos.
  • Lávate las manos después de cepillarte los dientes para eliminar posibles gérmenes que se hayan adherido a tus manos.
  • Evita el contacto de tu cepillo de dientes con el de otras personas.

 

Si necesitas realizar una revisión de tu salud bucodental en Bizkaia, contacta con nosotros, nuestro equipo de profesionales estará encantado de atenderte. ¡Te esperamos!

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