Cuando escuchamos a un padre decir “mi hijo se come las uñas”, no se trata simplemente de una costumbre molesta o pasajera. Este comportamiento, conocido como onicofagia, es un hábito compulsivo que puede comenzar desde los 3 años y mantenerse durante la infancia y adolescencia si no se trata adecuadamente.
Además de ser un acto reflejo asociado al estrés, la onicofagia puede tener importantes repercusiones en la salud dental de los más pequeños. Por eso, es fundamental detectarla a tiempo y actuar con estrategias definitivas.
¿Por qué mi hijo se muerde las uñas?
Existen varias razones por las que un niño o adolescente desarrolla este mal hábito. Aunque cada caso es único, las causas más habituales son:
- Ansiedad y estrés: muchos niños encuentran en morderse las uñas una forma de autorregulación emocional cuando se enfrentan a situaciones que les generan tensión.
- Aburrimiento: en momentos de inactividad o ante falta de estímulos, morderse las uñas puede convertirse en una forma de entretenimiento inconsciente.
- Imitación: los niños adquieren hábitos al imitar modelos de conducta. Si ven a un familiar cercano con este hábito, es probable que lo repliquen sin cuestionarlo.
Consecuencias de la onicofagia infantil
El hecho de que un niño se muerda las uñas no solo afecta a la estética de sus manos. También puede tener un impacto significativo en su salud dental:
- Infecciones: la constante exposición de la boca a las bacterias presentes en las uñas y los dedos puede provocar heridas e infecciones.
- Deformación de uñas y dedos: a largo plazo, este hábito puede alterar la forma natural del crecimiento de las uñas.
- Desgaste dental: el roce constante de los dientes con las uñas puede generar erosión del esmalte, fisuras y sensibilidad.
- Maloclusiones dentales: la presión repetida una y otra vez al morderse las uñas puede alterar la posición de los dientes y afectar la mordida.
Cuando un niño presenta una maloclusión, ya sea por la onicofagia u otros hábitos como la succión del pulgar, se debe considerar un tratamiento de ortodoncia interceptiva que ayude a corregir el desarrollo de su dentadura.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a dejar de morderse las uñas?
Superar la onicofagia requiere paciencia, constancia y comprensión. Como especialistas en odontopediatría, te ofrecemos algunos consejos que pueden ayudarte:
- Terapia psicológica o de conducta: en casos donde el hábito está vinculado a ansiedad o problemas emocionales, el acompañamiento de un profesional puede ser clave.
- Refuerzo positivo: felicitar los avances y evitar castigos ayuda a reducir el estrés del niño y fomenta cambios duraderos.
- Actividades alternativas: ofrecerle juguetes antiestrés o fomentar la práctica de deportes y actividades artísticas son opciones eficaces para distraer la atención del hábito.
- Esmaltes con sabor amargo: estos productos, disponibles en farmacias, pueden disuadir al niño al generar una experiencia desagradable al intentar morderse las uñas.
Detectar y tratar la onicofagia a tiempo no solo previene problemas dentales, sino que también mejora la autoestima y el bienestar general de los niños. Si has notado que tu hijo se muerde las uñas y se ha convertido en una preocupación en casa, no lo dejes pasar. Contáctanos para ponerle una solución definitiva y ayudarte a cuidar la sonrisa de tu hijo desde hoy.